Vas a ser madre y estás feliz de la vida, llevas dentro de ti una criaturita que te va a hacer la más feliz del mundo...vas al ginecólogo y te pregunta...
¿TIENES GATOS?....
SI......
PUES.....DESHAZTE DE ELLOS.
Es el miedo a la toxoplasmosis. Un miedo que consigue volver locas a las mamás que comparten su vida con gatos o bien es el pretexto perfecta para abandonar al animal... cualquiera de los casos
NO ES EXCUSA. Si de verdad quieres a tu minino
INFÓRMATE y no dejes que el sufra tu ignorancia porque
CONTAGIARSE DE TOXOPLASMOSIS TENIENDO GATO ES MÁS DIFICIL DE LO QUE TE CUENTAN.
Dejo el testimonio de una blogger amante incondicional de su gatita y madre a la vez,
AQUÍ el original:
Detesto a esa gente que, cuando se entera de que estás embarazada y que además tienes gato, te mira asombrada con los ojos abiertos de par en par y te pregunta: “¿y estando embarazada te atreves a tener gato?, ¿no te da miedo que te contagie la toxoplasmosis?”. “Cuánta desinformación”, piensas. Y es que hay muchos ignorantes que hablan por hablar sobre temas que desconocen.
Me da mucha pena la alarma social tan absurda que se crea en torno a estos animales que, de pronto, pasan de ser un lindo minino a, cuanto menos, un arma de destrucción masiva. Pero la principal culpa la tienen sobre todo los ginecólogos que a veces matan moscas a cañonazos. Lo primero que me dijo mi médico cuando le dije que tenía en casa un gato fue: “¿y no puedes deshacerte de él?”. ¡¡Ni que los animales fueran zapatos viejos que se tiran cuando no sirven o que arrinconas en el fondo del armario cuando te cansas de ellos!!. Ante semejante comentario evidentemente me alarmé. Quiero mucho a mi gatita pero ante todo ansiaba ser madre y no quería hacer nada que pudiera poner en peligro mi embarazo, así que llevé a mi gata al veterinario para que le hicieran una analítica y saber si había contraído alguna vez la toxoplasmosis y que me explicara algo más sobre aquella enfermedad. La analítica dio negativa (es decir, mi gata jamás había estado infectada por este parásito) y el veterinario me explicó en qué consistía la enfermedad y cómo se contraía.
El toxoplasma es un parásito que se encuentra en la tierra y que infecta a las frutas y verduras que están en contacto con ella. La forma más común de contagiarse es manipulando tierra contaminada (por ejemplo, labores de jardinería) y no lavándose las manos a conciencia (sobre todo bajo las uñas después. Otra forma de contaminarse es ingiriendo frutas y verduras mal lavadas o poco cocinadas que hayan estado en contacto con este parásito. Es muy común contraer la enfermedad a través de una lechuga mal lavada, por ejemplo, de ahí que se recomiende el uso de la Amukina o lejía para alimentos.
Otro problema es que este parásito puede contaminar los pastos de animales herbívoros que luego son sacrificados para consumo humano, como por ejemplo la ternera o el cerdo. Si estos animales son infectados y su carne no es bien cocinada hay una alta posibilidad de contagio (por eso a las embarazadas se les prohíbe comer carne curada como por ejemplo los embutidos o carne poco hecha).
¿Y qué pintan entonces los gatos en todo esto?. Los gatos son los únicos animales, accesibles al ser humano, capaces de “hospedar” al toxoplasma y eliminarlo a través de las heces siendo todavía posible su contagio. Si un gato se alimenta de animales que a su vez hayan podido ingerir hierbas o tierra contaminada por el gusano (pájaros, roedores…) será contaminado y alojará en su interior al parásito entre 3 y 20 días. Pasado este tiempo lo elimina a través de las heces aunque para que éstas sean infecciosas deben estar expuestas al aire libre entre 24 y 48 horas. Por tanto, para infectarse de toxoplasmosis a través de un gato se deben dar todas estas situaciones pero además, el dueño del animal deberá manipular las heces del gato sin ningún tipo de higiene.
Los gatos caseros no son cazadores y se alimentan de pienso con lo cual es absolutamente imposible que se contagien. Además, el arenero de los gatos debe limpiarse una o dos veces al día por lo que se hace todavía más complicado que el toxoplasma de las heces pueda llegar a infectar ya que hemos dicho que necesita una exposición al aire libre de entre 24-48 horas.
Un día, paseaba por la calle con una amiga mía embarazada cuando salió a nuestro encuentro un gatito callejero. Mi amiga dio un brinco, como si hubiese visto al mismísimo diablo, y se cambió rápidamente de acera. Es lógico que estando embarazada no quieras tener contacto con gatos callejeros, pero no eches a correr. Es más probable que tropieces en el intento de salir huyendo de semejante criatura endemoniada a que sus heces contaminadas te transmitan la enfermedad. Así que recordad: verduras y frutas bien lavadas o peladas, carne muy cocinada e higiene, tanto si tienes gato como si no.
Asique futuras mamás, vuestro minino ha estado ahí siempre para vosotras...no le falleis ahora...en este momento tan especial que el quiere compartir con vosotras. De verdad podriais soportar ver la cara de vuestro niño cuando le conteis que abandonasteis a un miembro de la familia, su futuro mejor amigo seguro, por miedo?...por desinformación?.......
No al abandono.