Hoy os traigo un post, que aúna dos temas que para mí son apasionantes; Gatos y arte. Quizás muchos conoceréis el tema del que voy a escribir, pero me parece tan interesante, y tan importante, que llevo un tiempo con la idea rondando de escribir un post con toda la historia.
Quizás hayáis oído hablar de los gatos del museo de San Petersburgo, L’Hermitage, una de las pinacotecas más grandes del mundo, si no la que más. Y por si esto no fuera bastante especial, os voy a dar otra razón por la que este museo es tan admirable: Mantienen una “plantilla” de 65 gatos que cuidan de los fondos que el museo tiene almacenados.
El "portero" del Hermitage, "Vaska"
Las pinturas que existen en los fondos de un museo, las que no están expuestas al público, o están esperando su turno para restaurar, se guardan en unos grandísimos almacenes; las condiciones de este almacén deben ser muy rigurosas, casi una atmósfera controlada, que debe tener una temperatura y humedad estable, una iluminación que no dañe las pinturas almacenadas, desinfecciones sistemáticas para eliminar pequeños parásitos muy dañinos…pero una de las cosas más peligrosas para un almacén de un museo…son los roedores. Una pequeña plaga, incluso un solo ejemplar, puede causar un daño irreparable, destruyendo marcos antiquísimos, o incluso lienzos muy valiosos. Es un tema que ha llevado y lleva de cabeza a muchos conservadores de arte, sin embargo, nuestros amigos rusos encontraron la solución ideal hace un par de siglos.
El primero de los gatos que pisó los aposentos reales (el museo está situado en lo que antiguamente fue el Palacio de Invierno de los grande zares rusos) fue un gato traído de Holanda, a principios del siglo XVIII, por el Zar Pedro I. Su hija, la emperatriz Isabel, tenía un miedo horroroso a los roedores, y se ordenó por decreto entregar los gatos grandes y más ágiles, para llevar el servicio para proteger el palacio de los roedores. La Kazán Khan envió una docena de sus mejores cazadores de ratas desde Kazán a la corte, como regalo.
Fue Catalina la Grande de Rusia, quien fundó el museo en 1764, y dio orden de seleccionar a los mejores cazadores de ratones para que protegieran los fondos de su pinacoteca. Catalina II promovió a la raza felina del Azul ruso como digna supervisora de su colección de arte privada y les otorgó el cargo de “Custodios” de las riquezas del museo, eran sus “guardias oficiales”. Desde entonces, los gatos han guardado celosamente los tesoros del Hermitage, y han visto hechos históricos desde su hogar en el antiguo Palacio de Invierno: fueron testigos y sobrevivieron al derrocamiento de los zares, a la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa de octubre de 1917 y la posterior Guerra Civil, pero no pudieron sobrevivir a la terrible hambruna desatada en la Segunda Guerra Mundial durante el sitio de Leningrado –antiguo nombre de San Petersburgo- por los nazis en el intento de Hitler de conquistar Rusia. El sitio duró casi 900 días, desde 1941 hasta 1944, y la escasez de alimentos provocó actos de antropofagia… y los queridos vigilantes del museo no corrieron mejor suerte. Tras finalizar el bloqueo y la guerra, todo volvió a la normalidad y con ella, los felinos volvieron a ocupar sus puestos de trabajo como guardias del museo. Pero se dejaron sin controlar, y a finales de la década de los años 70, su número había aumentado demasiado y estaba fuera de control, además de que campaban a sus anchas por todas las salas del museo. Se decidió limitar su número a 70 (cuando se excede el número, se dan en adopción) y se limitó su acceso a las salas del museo.
La selección de los adoptantes de los gatos de L'Hermitage es muy rigurosa, y se aseguran muy bien de que sus "trabajadores" vayan a buenas manos y tengan un retiro dorado. En muchas partes de Rusia, se cree que los gatos tienen poderes curativos y de buena suerte, así que son apreciados, y adoptar un gato del museo significa mucho prestigio.
![[Imagen: Gatos-del-Hermitage.jpg]](http://img.notigatos.es/wp-content/uploads/2012/04/Gatos-del-Hermitage.jpg)
A día de hoy, son unas figuras muy queridas por los rusos, y tienen una legión entera de admiradores a lo largo del mundo, su plantilla de guardias oficiales del museo se compone principalmente de gatos callejeros jerarquizados bajo un sistema de castas (aristócratas, casta media y casta baja) dependiendo de su zona de actuación y tienen acreditaciones oficiales con su fotografía para reconocer su condición de guardia oficial del museo. Tres personas se dedican a tiempo completo a su cuidado y alimentación, los mantienen sanos y bien nutridos, y aunque el museo no tiene un presupuesto destinado para los gatos, no lo necesitan, ya que no les faltan patrocinadores, donaciones de sus visitantes, admiradores a lo largo y ancho del mundo y además existe un fondo benéfico llamado “amigos de los felinos del Hermitage” que aporta donativos para su alimentación y cuidados. Aunque no pueden acceder a las salas, a muchos de ellos les gusta pasear por el exterior del palacio, así que a su alrededor hay señales de tráfico que advierten a los conductores de su presencia para que tengan cuidado y se eviten accidentes.
Sin embargo la mayoria de ellos viven en el sotano, que esta permanentemente accesible para los que queiren salir y entrar, iluminado y cálido, allí tienen sus camas, aseos y se les alimenta, he conseguido encontrar algunas fotos:
Hocico de bronce descansando
![[Imagen: 20cf9d92f5.jpg]](http://bashny.net/uploads/images/00/00/13/2014/12/17/20cf9d92f5.jpg)
![[Imagen: e1d94aec8f.jpg]](http://bashny.net/uploads/images/00/00/13/2014/12/17/e1d94aec8f.jpg)
![[Imagen: 947c2c08a9.jpg]](http://bashny.net/uploads/images/00/00/13/2014/12/17/947c2c08a9.jpg)
![[Imagen: 18df28c241.jpg]](http://bashny.net/uploads/images/00/00/13/2014/12/17/18df28c241.jpg)
Incluso tienen un día propio, el 28 de marzo,
día del Gato del Hermitage, que se celebra con una serie de actividades para homenajear a estos guardianes tan queridos por la propia dirección del museo y por el mundo; colegiales y estudiantes de las escuelas de bellas artes participan en un concurso de pintura, cuyos lienzos deben representar cualquier tipo de felino, desde leones a linces y, por supuesto, gatos. El certamen incluye también una exposición de fotografía.
En el año 2012, la propia revista
Hermitage Magazine le realizó un encargo a un artista gráfico Uzbeco, Eldar Zakirov, para realizar una serie de retratos felinos. En una entrevista, el autor asegura que cada retrato le llevo de dos a 3 semanas (recordad que no son lienzos pintados a la antigua usanza, aunque lo parezcan) y su fuente de inspiración fueron los retratos rusos de la Corte de los siglos XVIII y XIX. La indumentaria que aparece en los retratos es real, de la época, son trajes que estaban guardados en el almacén del museo y que fueron descubiertos por el director de la revista del museo, quien le envió las fotos. Los trajes pertenecieron a personajes de la corte, cuyo oficio ha sido recreado con los retratos de estos gatos, tomando como modelos a algunos de los gatos guardianes del Hermitage.
El Heraldo de la Cámara de la Corte
Aprendiz de sastre
Kuzma, vestido como Mayordomo de la Corte
Cortesano árabe
Cortesano árabe de uniforme
Os dejo también un pequeño video (en inglés, sorry :S) en el que se ven imágenes de la vida de estos vigilantes de museo tan especiales
Reflexiones y conclusiones...varias y concisas. Ojala muchos museos mas ejem-españoles-ejem se fijaran en este ejemplo. Me parece una forma muy buena de mantener a raya un problema muy grave para un museo, que de otra forma debe estar realizando desratizaciones y vigilancias muy exhaustivas, tener unos gatos cuidados que cazan los ratones o ratas que puedan entrar en ecológico, no contamina, no tiene consecuencias dañinas para las obras. Ademas, es tonto negar que a mucha gente le llama la atencion la figura de un gato como guardian del museo, es una forma de llamar la atencion del público, niños, y no tan niños, vamos, que le veo ventajas por todas partes. Me choca ver como aqui les han encontrado una funcion y mantienen una gran "plantilla" de gatitos mientras que en este pais nuestro tan chulo, parece que molestan en todos sitios.
Por otra parte, los retratos me parecen impresionantes. Como historiadora del arte que soy no puedo mas que maravillarme de la gran recreacion que han hecho, del detalle en las ropas (ampliadlas, es alucinante). Como loca gatuna...pagaria
GRITONES de euros por un retrato así de Uri con un marco bien barroco y chulo para mi casa. x_D
Y vosotras? Espero que os haya gustado el artículo :)