Gatolicos Anonimos

Hola a tod@s. Hace tiempo pedí consejo en el foro acerca de un gato de 14 meses y esterilizado que tienen mis padres. Luka tiene la "manía" de "cazar a traición" a mi padre. Han probado de todo y creo que se trata de un problema de reparto de espacios al tratarse de un apartamento pequeño y es un gato grandecito. El caso es que ya no pueden seguir manteniéndolo porque los "ataques" provocan a mi padre heridas que no se puede permitir debido a sus problemas de salud. Imaginad la pena que les genera tener que desprenderse de Luka, llorando por las esquinas ambos.
Es por esto que nos hemos planteado adoptarlo nosotros. Ya tenemos a Lía, una gata de 3 años, con sus particularidades como todos. Mi casa es algo mas grande y creemos que estará mejor, aunque con compañía de una gata.
Nuestro temor es sobre cómo se aceptarán entre ellos, ya que además de su actitud en casa de mis padres, es el típico gato que se sube a todos los muebles con bastante poco cuidado, se come las plantas, etc, mientras que nuestra Lía no tiene esas costumbres ya que así se la educó desde pequeña. En el caso de Luka, teniendo ya ciertos hábitos adquiridos, tememos que sea mas complicado re-educarle
Saludos y gracias de antemano por vuestros consejos

A mí me funcionó (que a lo mejor se iban a aceptar igual, vete tú a saber): primero, la peque estaba abajo en casa de mi madre, así que no se conocían. A Sol le llevaba alguna mantita donde hubiera dormido la peque y se lo dejaba para que lo oliera y a ella le llevaba algún juguetito de Sol para que también fuera acostumbrándose a su olor. Además, Sol seguro que notaba el olor de la gatita en mí, de hecho, desde que llegó la gatita que me olisqueaba mucho.
Cuando la subimos a casa, fue en el transportín (leí en alguna parte que no era buena idea llegar con el nuevo gato en brazos). La dejé con el transportín en el suelo y Sol se acercó, empezó a dar vueltas olisqueando, la otra lo mismo desde dentro... Así lo hicimos un par de días, la subíamos un rato y luego volvía donde mi madre (vive en el piso de abajo), luego, abrimos la puerta y esperamos a ver qué pasaba. Sol solo hacía que mirar dentro y Tormentina primero se quedó allí pero luego (con mucho cuidado) salió. Primero, Sol se pegó como un susto y fue a esconderse bajo la cama pero luego se fue acercando y empezó a olisquearla. Así varios días hasta que vimos que la iba aceptando y entonces la peque ya se quedó en casa, aunque cuando salíamos o a la hora de dormir, a ella la encerrábamos por si las moscas. Cuando llevaba como un mes o así en casa, ya probamos a dejarles juntos en salidas cortas y ahora ya están siempre juntos. Se han adaptado súper bien. Incluso comparten arenero (pese a que tenemos dos).