Hola Gatólic@s!!
Hoy os traigo información sobre algo de lo cual aún se desconoce un montón. Os traigo información sobre el PIF (Peritonitis Infecciosa Felina). La información que hay por internet es un poco contradictoria en algunos caso así que entre lo que he leído y lo que les he preguntado a mis vetes traigo pro aquí el resultado. ^^
Antes de hablar de PIF, debemos hablar primero del Coronavirus Entérico Felino. El coronavirus está presente en muchísimos gatos y, en la mayoría de ellos sólo provoca una leve diarrea cuando se infectan. Algunas pocas veces (alrededor del 1%) el virus muta y origina la enfermedad que todos conocemos como PIF.
¿Cómo puede un gato contagiarse del coronavirus?
En los lugares donde haya varios gatos es muy común la existencia de este virus. Las cifras no están muy claras pero parece ser que entre el 40% y el 70% de los gatos lo tienen, siendo mayor el número de casos en gatos que vienen de colonias, criaderos y refugios, que en gatos caseros.
El virus se excreta con las heces, por lo que el método de contagio es oro-fecal. Al acicalarse o al comer se pueden contagiar debido a que el virus queda en el ambiente. En la mayoría de los casos, un gato infectado excreta el virus durante un tiempo limitado que es variable según el caso y, terminado ese tiempo dejan de excretarlo, por lo que se supone que lo ha eliminado del organismo y, por lo tanto, puede reinfectarse si entra en contacto con otro gato que esté infectado. En un porcentaje menor de casos, el gato sigue excretando el virus continuamente.
Si el coronavirus muta es cuando se produce el PIF, que es la enfermedad mortal, pero que un gato sea positivo a coronavirus no significa que vaya a desarrollar PIF, puesto que sólo un 1% de los gatos que tienen coronavirus desarrollan el PIF.
¿Qué puede provocar la mutación del virus?
No se conoce la causa real de la mutación, pero sí se sabe que hay factores que predisponen a este hecho y tienen mucho que ver con el sistema inmune del animal. El PIF suele darse casi siempre en gatos muy jóvenes (de entre 6 meses y 2 años) o, en menor medida, ya mayores, además de los inmunodeficientes.
También puede ser provocado por periodos de estrés (mudanzas, animales nuevos en casa…) y, parece ser, que también puede ser un poco genético, puesto que parece que los gatos de algunas razas están más predispuestos a sufrir esta enfermedad. Se dice también que la mutación se provoca por una respuesta inmune inadecuada a la infección por coronavirus y entonces se produce el PIF. Sea como sea, lo cierto es que no podemos evitar la mutación, sólo nos queda tener al gato bien alimentado, intentar que no sufra estrés y esas cosa que hacemos con cualquier tipo de gato.
¿Cómo sé si mi gato tiene PIF?
Se pueden hacer pruebas de sangre como el PCR, que es el más indicado para reconocer el adn del virus. El problema es que el Coronavirus entérico felino y la mutación que provoca el PIF es idéntico. El adn es el mismo y por lo tanto si un gato es positivo a coronavirus y se pone enfermo, no se puede saber si es PIF.
De hecho el 90% de los diagnósticos positivos a PIF se hacen después de la muerte del peludo porque los síntomas que provoca son confusos y que pueden ser de otras enfermedades. Por eso es tan difícil diagnosticar la enfermedad.
¿Qué tipos de enfermedad hay?
Hay unos síntomas que suelen ser comunes al PIF aunque este tenga dos variantes. Los síntomas comunes son los siguientes:
• Fiebre alta: 39-41°C.
• Anorexia.
• Disminución gradual del peso.
• Letargia.
• Pérdida de apetito.
Además de ello parece ser que en los hemogramas los gatos con PIF pueden presentar lo siguiente, que para nada es exclusivo del PIF, también lo es de otras enfermedades:
• Número bajo de linfocitos.
• Anemia moderada.
• Niveles de proteínas plasmáticas elevados.
• Algunas veces los niveles de bilirrubina son elevados.
Después hay
dos tipos de síntomas según la clase de PIF que se desarrolle:
1. Forma exudativa, efusiva o húmeda: Es la forma aguda de la enfermedad y, por lo tanto, la peor, porque los gatos tienen una esperanza de vida menor y además los síntomas son un poco más graves. Lo más característico de esta clase de PIF es la acumulación de un líquido amarillento en el abdomen, lo que provoca una hinchazón de la misma. También puede darse en el tórax a la vez que en el abdomen o de forma única. Si ocurre en el tórax se denomina “derrame pleural” y da lugar a dificultades respiratorias.
2. Forma no exudativa, no efusiva o seca: Es la forma crónica de esta enfermedad. Además de los síntomas de no interesarse por la comida y la pérdida de peso, también se les estropea el pelo. Además muchos gatos con PIF se ven afectados por
ictericia (color amarillento en las mucosas: ojos, nariz si es clara y en las encías). También pueden presentar
lesiones oculares: uveítis, decoloración del iris que normalmente se vuelve marrón, sangrados oculares, coloraciones blancas en la córnea… Otro síntoma que se da en menor medida son las lesiones neurológicas, que se caracterizan porque el gato parezca débil y no mantenga el equilibro al caminar, temblores en la cabeza, convulsiones o que los ojos se muevan de un lado a otro en lugar de permanecer fijos en un punto.
¿Qué esperanza de vida tiene un gato con PIF?
Siendo realistas la esperanza de vida no es mucha… Una vez los síntomas aparecen pueden pasar días o varios meses hasta el fatal desenlace, aunque en el caso del PIF húmedo no suelen sobrepasar los 2 ó 3 meses de vida.
¿Qué tratamientos hay?
Es una enfermedad que no tiene cura, puesto que lo único que podemos hacer es paliar los síntomas que vaya presentando y, cuando veamos que el gato sufre, ayudarle a irse sin pasar por lo peor. Desgraciadamente no hay mucho más que podamos hacer.
¿Se puede prevenir?
Pues la mayor parte de los veterinarios opinan que no. La vacuna no ha demostrado tener una efectividad suficiente como para que se administre como prevención, puesto que la vacuna únicamente es efectiva en el caso de que el gato sea negativo a coronavirus entérico felino. Si ya lo tiene no sirve de nada y, dado que la mayor parte de los gatos lo son…
Lo que sí debemos tener en cuenta es que NO debemos vacunar a un gato que sea positivo a coronavirus. No se sabe aún si esto fomenta la mutación hacia el PIF, algunos creen que sí y otros que no, pero no se ponen de acuerdo. Sólo debemos vacunar a gatos que sean negativos y a sabiendas de que aún así no es efectiva.
Además, es importante saber que si tenemos en casa un gatito positivo, cuando hace caca si la retiramos de inmediato no hay riesgo, puesto que el virus se activa al rato, no es inmediato. También se comenta que cuanto mayor sea el número de gatos que hay en la casa mayor será la probabilidad de que haya PIF (si los gatos son positivos a coronavirus, claro).
¿Puedo traer el virus de la calle y contagiar a mi gato?
El coronavirus puede permanecer vivo en el ambiente varios días (o semanas en el caso de los areneros de nuestras casas), así que técnicamente sí podríamos llevarlo a casa. Lo bueno es que casi cualquier desinfectante o jabón normal que tengamos en casa sirve para eliminar el virus. Si hemos tocado a algún gatito de la calle, protectora o albergue debemos cambiarnos de ropa nada más llegar a casa quitándonos los zapatos antes de entrar. Lo ponemos a lavar y nosotros nos damos una ducha. De esa forma estaremos limpitos y será seguro del todo coger a nuestros peques y llenarlos de besos como buenos Gatólicos y Gatólicas que somos
Esto es todo por ahora!! Espero que os sirva de ayuda y perdón por la tardanza.
¡Hasta la próxima!